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Bücher von Mariano Jose de Larra

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  • von Mariano Jose de Larra
    9,99 €

    El teatro representa la trastienda de un gran almacén; en el fondo habrá una puerta que conduce al almacén; a la izquierda una puerta que da salida a la calle, y otra que figura dar a un jardín; a la derecha dos puertas, una que conduce a las habitaciones interiores, y la otra al cuarto de don Deogracias. Muebles de moda.[En escena están Don Deogracias y Doña Bibiana]DEOGRACIAS: Pero, mujer, ¿es posible que hayas perdido el juicio hasta el punto de querer hacer la señora? Tú, hija de una honrada corchetera, que en toda su vida no supo salir de los portales de Santa Cruz con su puesto de botones de hueso y abanicos de novia... Tu abuelo, un pobre cordonero de la calle de las Urosas, que, gracias a tu boda conmigo, concluyó sus días en una cama de tres colchones con colcha de cotonía...

  • von Mariano Jose de Larra
    9,99 €

    ESCENA PRIMERA(D.ª Eugenia, leyendo un diario. Isabel y Amelia, ocupadas en concluir unos vestidos de baile. Julia, bordando en el lado opuesto.)AMELIA.-Julia, te prevengo que si no empiezas a tomar tus disposiciones para el baile, nos vas a hacer esperar.JULIA.-No importa, no iré.EUGENIA.-¿Cómo? ¿No irás?ISABEL.-¿No irás a un baile donde estará lo mejor de Madrid?AMELIA.-¿Y por qué razón no has de ir?EUGENIA.-¿Por qué capricho, has de decir?JULIA.-No estoy buena, me quedaré en casa.EUGENIA.-Como usted quiera, señorita. Mejor. Harto tengo yo que hacer con llevar a mi hija y mi sobrina, sin haber de estar también a la mira de mi pupila... Todavía me acuerdo del último raout o grante a que asistimos... éramos cuatro mujeres de una casa.AMELIA.-Parecía usted la rectora de un colegio de niñas.EUGENIA.-Amelia, no te pregunto a ti lo que parecía... pero lo cierto es que si ha de estar una sentada donde la vean, no es tan fácil encontrar siempre en el mejor sitio cuatro sillas.AMELIA.-Sobre todo, cuando una sola de las cuatro ocupa dos asientos.EUGENIA.-¿Qué dices?AMELIA.-Nada, tía mía; digo que he acabado mi guarnición... soy de su opinión de usted... tanto en el baile como en cualquier función es preciso estar siempre a la vista de todos.

  • von Mariano Jose de Larra
    11,00 €

    Mariano José de Larra (Madrid, 1809-Madrid, 1837), España.Hijo de un médico del ejército francés, en 1813 tuvo que huir con su familia a ese país tras la retirada de las fuerzas bonapartistas expulsadas de la península. Como dato sorprendente cabe decir que a su regreso a España apenas hablaba castellano. Estudió en el colegio de los escolapios de Madrid, después con los jesuitas y más tarde derecho en Valladolid. Siendo muy joven se enamoró de una amante de su padre y este incidente marcó su vida. En 1829 se casó con Josefa Wetoret, la unión resultó también un fracaso.Las relaciones adúlteras que mantuvo con Dolores Armijo se reflejan en el drama Macías (1834) y en la novela histórica El doncel de don Enrique el Doliente (1834), inspiradas en la leyenda de un trovador medieval ejecutado por el marido de su amante. Trabajó, además, en los periódicos El Español, El Redactor General y El Mundo y se interesó por la política.Aunque fue diputado, no ocupó su escaño debido a la disolución de las Cortes. Larra se suicidó el 13 de febrero de 1837, tras un encuentro con Dolores Armijo.

  • von Larra Mariano Jose de Larra
    12,90 - 34,90 €

  • von De Larra Mariano Jose De Larra
    54,90 - 86,90 €

  • von Mariano Jose de Larra
    14,00 €

  • von Mariano Jose de Larra & Ramon De Mesonero Romanos
    30,00 €

  • von Mariano Jose de Larra
    13,00 €

    Felipe. Mariano Jose de LarraFragmento de la obraActo ILa escena es en Madrid en casa de doa Isabel. El teatro representa una hermosa habitacin con una puerta en el fondo y otras dos laterales; la de la derecha del actor es la del cuarto de Matilde; la de la izquierda la del de Federico. A este lado un velador; al otro una mesa grande con tintero, etc. Escena IDoa Isabel y Matilde, sentadas. (La primera borda, la segunda deja un libro en que ha estado leyendo.)Matilde: Pero, querida ta, es algn delito acaso interesarse en la suerte de Federico? Es tan bueno, tan amable, tan desgraciado Un joven hurfano, aislado, que nunca ha conocido a sus padres Usted misma no le recogi en su casa desde su ms tierna infancia? No le ha dado usted una educacin nada comn?Isabel: Eres muy nia todava, Matilde. Es verdad que no es un delito querer a Federico; que lo merece, ah! sin duda; pero una joven de tus aos debe ocultar sus sentimientos, yMatilde: SeoraIsabel: S, hace das que tena ganas de hablarte de esto; noches pasadas fuimos a la pera; yo le haba ofrecido mi palco a Federico, le haba hecho este honor; pero estaba all con nosotros el vizconde de Blanca Flor, mi sobrino. El vizconde, aunque tiene algunos defectos propios de la juventud, rene las ms brillantes cualidades; y esto te lo digo, Matilde, porque quisiera que lo tuvieras presente Tengo entre manos un proyecto de que te hablar despus. Pero, volviendo a la pera, t no hiciste en toda la noche ms que rer a carcajadas, y chichisbear con Federico. l podra decirte cosas muy divertidas; pero, hija ma, en la pera no parece de buen tono rerse de esa manera. Despus al salir aceptaste el brazo de Federico, sin guardar respetos al vizconde, que te ofreca el suyo.

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