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Bücher von Pedro Munoz Seca

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  • von Pedro Munoz Seca
    9,99 €

    Pieza central de uno de los paradores, albergues o «refugios» construidos al borde de las carreteras por el Patronato Nacional de Turismo. En el foro, chimenea de piedra, con librerías y sendos butacones. En el primer término de cada lateral, un tresillo con su mesita correspondiente. En las paredes, aparatos de luz, un teléfono y trazos de colores indicando carreteras, pueblos, fuentes de gasolina, etc., etc. Una puerta en cada lateral: la de la derecha (actor), que da acceso al comedor, y la de la izquierda, que conduce al recibimiento. Son las cinco de la tarde de un día de invierno. La chimenea, encendida. Época actual.(Al levantarse el telón, AFRICA, administradora del «parador», señora como de cincuenta años, que viste con sencillez y buen gusto, está poniendo nuevos leños en la chimenea, al mismo tiempo que entra en escena, por la derecha, TIMOTEO, su hermano, sesentón simpaticote y corriente, que ha sido cochero de casa grande, y se le nota).TIMOTEO.¿¿Qué, se largó ya la marquesa esa de Sangüesa?AFRICA.¿Hace un momento. ¡Lo que se ha alegrado de verme aquí, al frente de «parador»! Y no me reconoció al pronto. Ya ves: ella, que hace treinta años me llamaba a mí la doncella de orö Lo que yo le dije: «¡Ay, señora marquesa!¿ ¡De aquel oro no queda más que esta escoria!».TIMOTEO.¿Vamos, vamos; no hay que tirarse por los suelos, hermana.AFRICA.¿Sí, es verdad, Timoteo. ¡De tanto trabajar estoy tan ajada y tan¿ escoriada!¿TIMOTEO.¿Ella sí que no es ni sombra de lo que fué. Porque fue una buena jaca. Cuando yo «entruve» de cochero en casa del señor duque, estaba ella que ¡vaya potranca con sangre! No sé si seguirá tan coqueta como en el antaño. Porque era una castizä, ¡mi madre!AFRICA.¿De eso no se ha corregido. En cuanto habla con un caballero se almibara que da fatiga. Ella dice que es la diabete, que la tiene la sangre azucarada; pero lo que le ocurre es que no ha conocido la vergüenza ni por el forro. ¡Ah! Le he preguntado por Consuelito y por Maruja, y tampoco sabe nada de ellas.

  • von Pedro Munoz Seca
    15,90 €

    Trabajaba un domingo en su fragua Joselito Purgatorio, el gitano más sandunguero de toda la gitanería andaluza, cuando se detuvo ante la única puerta de su cuchitril otro gitano, compadre suyo, a quien malas lenguas llamaban el Mosquito, porque era más borracho que toda una plaga de estos filarmónicos insectos.¿¡Compare, güenos días! ¿¡Güenos días, comparito! ¿Ande se va por ahí? ¿Pos acá vengo a sacarle asté de sus casiyas.¿No lo intente usté siquiera, compare, lo que toca hoy no me saca usté de aquí al con los mansos. M¿ha caío esta chapusilla y¿¿Pero compare de mi arma. ¿Se vasté a queá sin í a los toros del Puerto? ¿¿Hay toros en el Puerto? ¿preguntó Purgatorio tirando el martillo de que se servia y abriendo de par en par su bocaza de rape. ¿Es usté el único jerezano que lo ignoraba, compare. ¿¡Por vía e los mengues! ¡Mardita sea mi sino perro!¿ ¿Cogerme a mi pegaíto a la paré y sin un mal napoleón? ¿Qué ha jecho usté, compare? ¿No s¿apure usté, que usté va a los toros del Puerto esta tarde, como yo me yamo Juan Montoya. ¿¡Compare! ¿Y vasté conmigo.

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