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La historia del hombre, sus afluentes, vericuetos, visicitudes, dentro de una sociedad, país (por nacimiento, por elección), vienen a integrar ese coro de versos que construyen el corpus del poema para que ande en pos de la eternidad. Una historia -personal, grupal- contada desde dentro, desde fuera, sin parsimonia, con mucha locuacidad, casi un grito, forma la simbiosis y engranaje del hombre que camina, siente y canta, el hombre que nace y cree, el hombre que cuestiona. Versos cuestionando hechos, acontecimientos, sentencias bíblicas, formas de ver/asumir y vivir la vida y la realidad circundante. También dibuja su dolor, porque "el dolor es un ave que pica las entrañas" (Mailin Castro Suárez). Sus palabras son pájaros en flor, nunca consignas, ni barricadas. Por ello, en las páginas de Versos de la otredad, 25 poetas santiagueros lo existencial fluye, corroe, profundiza, busca el cómplice propicio, el buen samaritano que sepa cargar todos los versos desgarrados, desgranados. La alegría viene implícita como el reverso de la moneda: el nacimiento, la mirada hacia la infancia, la familia, amigos, convergiendo y sosteniendo el mundo interior para abanicarlo y perfumarlo.Versos de la otredad propone una lectura novedosa, única e indispensable para acercarnos a 25 poetas santiagueros: unos por nacimiento, otros por adopción; todos miembros de la misma y gran familia (ciudad), quienes con su verso encantarán al lector, el cual no quedará defraudado. La nave poética está lista, solo resta navegar.Juan Manuel Alsina Milanés

Cuando se lee la poesía actual, a los lectores que aún no hemos renunciado a ella se nos queda una especie de vacío por lo que se dice y cómo se dice. Gracián, el conceptista barroco, nos recordaba que “no es solo parecerlo sino serlo”. Así, pocos poemas me han conmovido y convencido tanto como estos de Iliana Rosabal-Pérez. Ahondan en nociones como la soledad, la muerte, la desidia, la pobreza, la lejanía, el amor y el desamor con alegorías tan sólidas que no cabe comentar más que dos simples hechos: estamos ante una poetisa en toda su alucinante y madura dimensión y estos versos representan la sencillez de lo sublime y la sublimidad de lo terrible. He aquí un libro escrito con palabras que son (y no que parecen) poesía pura.Radhis Curí

El poeta cubano Jorge García Prieto demuestra una vez más su grandeza, no solo con su libro Errático animal (décimas) sino con este y otros por venir; y es que cuando un poeta es sincero y auténtico consigo mismo y con su entorno, cuando escribe desde la verdad, sin máscaras, cuando no anda con titubeos y sobre todo cuando es capaz de escribir un poemario dedicado entero a su hijo (¡hay tantas cosas que decir de los hijos y de los padres!). El lado sano de la lágrima de cierta forma nos sana y nos hace llorar. “Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos” dice Martí a su hijo, lo mismo hace Jorge García Prieto en este libro.

"Hay grandes zonas de intimidad en este libro donde la autora pone en manos del presunto consumidor sus demonios y sus principios. Sin embargo, un lector bien entrenado puede advertir sin muchos espavientos a una muchacha más que suspira. A una muchacha más que, como en la sala de un cine, mira su vida pasar."Jorge Luis Mederos Betancor

Con este libro usted descubrirá un poemario personal, lleno de sensibilidad, intimismo, reflexión y homoerotismo. Usted quedará sorprendido de cómo el autor, de manera excelente, juega con el lenguaje para construir realidades que parecieran paradójicas, pero que dentro de la poesía adquieren múltiples significados y así como por su perfecto dominio en el uso de la metáfora.