Autocuidado y Parrhesia desde la perspectiva de Foucault

La práctica del autocuidado permea toda nuestra cultura occidental y se establece en nuestra sociedad de diversas maneras, en la religión con las prácticas de la confesión, en la psicología dentro de las prácticas de la escritura de diarios y en las terapias holísticas que se acercan más a los ejercicios espirituales practicados por los filósofos de la antigüedad. Así, para los filósofos de hoy, es necesario rescatar estas prácticas como un aprendizaje etopoiético, para un hacer filosófico desprovisto de los moldes de la modernidad que juzga que la filosofía es sólo lo que se puede conocer a través de la razón, en un enfoque epistemológico que contrarreste el de la conversión a la vida filosófica, que consiste en un trabajo de autoformación del individuo, que lo convierte en un experto Parrhesiasta. Mejor dicho, aquel que en su forma de vida, dice la verdad sobre sí mismo, sin siquiera decir una palabra. Sin embargo, para el ejercicio de esta verdad, es necesario conocerse a sí mismo, que se refiere al cuidado que uno tiene consigo mismo.