El sueño congoleño

Todos hemos oído hablar del sueño americano y, más recientemente, del sueño francés. Pero, ¿existe el sueño congoleño? Si es así, ¿ha sido pronunciado alguna vez y por quién? ¿Cómo distinguirlo de otros sueños? Por último, ¿cuál es su utilidad política, sociocultural y económica? Tshombe intenta responder a estas y otras muchas preguntas. Hablar del sueño de una nación es explorar las fuerzas que lo estructuran, tanto horizontalmente (entre contemporáneos) como verticalmente (entre generaciones), y le confieren un lugar especial en el concierto de las naciones. Este sueño refleja su singularidad, su identidad, en definitiva lo que la hace única. El sueño de una nación no es el sueño de la mayoría de sus ciudadanos, ni el sueño de la mayoría en el poder, aunque puedan hacerse eco de él. Es el sueño de sus padres fundadores. La reflexión de Tshombe es mucho más que una búsqueda de identidad; es también, y sobre todo, un manifiesto político personal para uso colectivo. Es también un memorándum dirigido sobre todo a los jóvenes y a quienes se preguntan si, en un contexto africano, la historia sigue teniendo sentido.