Terapias tradicionales basadas en compuestos de origen natural para heridas cutáneas

Las heridas crónicas son un hallazgo frecuente en la práctica clínica y constituyen uno de los problemas con mayor impacto en la salud social, afectando sobre todo a las personas mayores. Además, mientras que los agentes terapéuticos actuales tienen en general una eficacia inadecuada y numerosos efectos adversos graves, los remedios naturales se han utilizado en medicina desde la antigüedad y son bien conocidos por su capacidad para promover la cicatrización de las heridas y prevenir las infecciones sin efectos secundarios graves. Teniendo en cuenta el elevado número de productos naturales utilizados para el tratamiento de heridas, centramos nuestra atención en la miel, el polen y los insaponificables de aceites vegetales. Los mecanismos de acción de la miel en la cicatrización de heridas se deben en gran medida al peróxido de hidrógeno, la alta osmolaridad, la acidez, los factores no peróxidos, el óxido nítrico, los fenoles y los flavonoides. Se sabe que no sólo la miel, sino también el polen de abeja se utiliza en la cicatrización de heridas por quemaduras. En la composición del polen de abeja hay unas 250 sustancias, entre ellas fenoles y flavonoides. Por otro lado, la eficacia de los aceites insaponificables vegetales en la cicatrización de heridas se ha evaluado en pocos estudios; los mecanismos de acción aún se desconocen, pero se deben principalmente al alto contenido de compuestos derivados del escualeno.