Vivo en sociedad

La sociedad está experimentando cambios muy lamentables desde cierto punto de vista. Los valores que construyeron las civilizaciones están siendo pisoteados en nombre de la llamada modernidad. En realidad, se trata de una pérdida de calidad de vida imputable a los adultos, a todos aquellos que saben pero no comunican correctamente sus conocimientos, conteniéndose para sospechar del rechazo de los jóvenes. Todos están obligados a compartir lo que saben para salvar a las generaciones futuras de una mediocridad no deseada. Una mediocridad mantenida por el miedo a ser contradicho y/o llamado anacrónico. Tal vez no haya manera de solicitar la conversión o de convencer a la gente, puesto que uno mismo se formó en la era del discurso dictatorial de los adultos intransigentes y terroristas. Romper barreras y dirigirse a los jóvenes con compasión les ayudaría a adherirse mejor a los valores que forman héroes y marcan caracteres para la eternidad. Se trata de un ejercicio difícil, pero en absoluto imposible cuando se está convencido de su mérito, que no es otro que la supervivencia de toda nuestra humanidad.