Große Auswahl an günstigen Büchern
Schnelle Lieferung per Post und DHL

Bücher von Tirso de Molina

Filter
Filter
Ordnen nachSortieren Beliebt
  • von Tirso de Molina
    24,90 - 44,90 €

  • von Tirso de Molina
    21,00 €

    Desde Toledo a Madrid, de Tirso de Molina, tiene su antecedente en el tercer capítulo de su novela Cigarrales de Toledo. Un hombre celoso y despechado, en una noche de pendencia, irrumpe al huir de la justicia en la alcoba de una dama.El encuentro hará que los dos se replanteen la vida a la que parecen predeterminados ante la posibilidad de un nuevo y verdadero amor. Doña Mayor, es una dama toledana que se va a casar por compromiso en Madrid, al día siguiente.Don Baltasar, pretende conquistarla. Durante dos jornadas de viaje entre Toledo y Madrid, asistimos a una lucha contra reloj, urdida por los amantes. Él disfrazado de mozo de mulas y ella, desplegando todos los sutiles ardides de la inteligencia femenina.Tirso despliega todo su ingenio y sabiduría, en el retrato de unos personajes frágiles pero llenos de determinación, dispuestos a seguir los impulsos de sus pasiones y rebelarse contra lo establecido.

  • von Tirso de Molina
    24,00 €

    "El burlador de Sevilla y convidado de piedra", de Tirso de Molina, es una obra fundamental en la literatura clásica española y en la creación del mito de Don Juan, el seductor por antonomasia. Este drama, que combina elementos de comedia y tragedia, introduce al personaje de Don Juan Tenorio, un noble arrogante y despiadado cuyas acciones desafían las normas sociales y morales de su tiempo. Esta obra es significativa por ser la primera aparición del legendario burlador, y por su profundo análisis de temas como el honor, la religión y la justicia.La primera jornada de la obra establece el tono y el carácter de Don Juan. En esta escena, vemos cómo seduce a doña Isabela, haciéndose pasar por su prometido, Duque Octavio. Este acto de engaño y traición revela la astucia y la audacia de Don Juan, su total desprecio por las convenciones sociales y morales. La interacción entre los personajes es tensa y dramática, culminando en la intervención del rey de Nápoles, que destaca la gravedad del acto de Don Juan.Lo que hace a "El burlador de Sevilla" una obra tan relevante y perdurable es la complejidad de su personaje principal. Don Juan no es un seductor, un rebelde, un personaje que desafía las normas y expectativas de su época. La obra de Tirso de Molina explora las consecuencias de sus acciones, para él mismo y también para aquellos a quienes engaña y traiciona.A lo largo de su obra, Tirso de Molina utiliza un lenguaje rico y expresivo, característico del Siglo de Oro español, para desarrollar sus personajes y avanzar en la trama. La combinación de diálogos ingeniosos, situaciones complejas y un enfoque moralista hacen de "El burlador de Sevilla" una obra maestra del teatro barroco.Tirso de Molina crea aquí un personaje icónico, que permite hacer una reflexión profunda sobre la naturaleza humana, la moralidad y la justicia. Esta obra ha inspirado a innumerables autores y sigue siendo relevante en la cultura contemporánea, demostrando la habilidad de Tirso de Molina para capturar aspectos universales de la experiencia humana.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    OTÓN: ¿Qué os hice yo, estrellas pías, que tanto me perseguís? ¿Qué confusión infundís en estas potencias mías? En un año que ha que intento, por dar a mis padres gusto, estudiar, y el Arte ajusto a mi torpe entendimiento; por más que, a costa del sueño, niego a la cama el tributo y decorando sin fruto soy más incapaz que un leño, la primer conjugación aún no he podido aprender, ni el primer tiempo saber, tarea de mi lición. ¿Por qué consientes, Apolo, si las ciencias te dan nombre, gastar tanto tiempo a un hombre sin saber un tiempo sólo? Pues no bastan desengaños, ni el hallar por experiencia que el principio de la ciencia apetece tiernos años, más que mi madura edad, para que a mi padre ablande y que estudie no me mande con tanta incapacidad, cielos, más memoria os pido, porque soy siquiera amante, que el amor y él estudiante se infaman con el olvido. Amo a Rosela divina; pensar en ella es mi gloria, y si es para mi memoria su imagen anacardina, séalo, estudios, también, para que en mí os autoricen, que nunca se contradicen saber bien y querer bien. Ya es hora de dar lición; presto el preceptor vendrá; mas, ¿qué le aprovechará si en mí sus preceptos son lo que en el yunque el martillo? Ahora bien, decorar quiero aqueste tiempo primero. ¡Oh, quién pudiera infundillo todo sin salir de aquí! ¡Ánimo, ingenio de plomo! Purga parece que tomo. El verbo es de sum, es, fui el que me hace trasnocharComienza a decorar paseándose, y mirando de cuando en cuando el Artey, me ocupa el tiempo todo. Vaya, indicativo modo, es el modo de mostrar. Tempore presenti dice;

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    MARGARITA: "Dos intérpretes, señora, de diversa calidad, sirven a la voluntad en favor del que os adora. Amor, que en los ojos mora, tal vez con ellos anima; a quien secretos estima la lengua los manifiesta; con tierna claridad ésta, los otros con dulce enigma. Hállome favorecido, en los vuestros cada instante, que su luz gozo delante, y juzgo que soy querido; pero aunque en ese sentido Amor su esfera eligió pues por los ojos entró, siempre en ellos advertí puertas que le admitan, sí, lenguas que le expliquen, no. No usurpen ajeno oficio, que se quejará la lengua de que sufráis que en su mengua tiranicen su ejercicio. Mirad que en mi perjüicio, desdichas entre venturas buscan claridad a obscuras, y que siempre que ojos leo favores que deletreo estriban en conjeturas. Palabras han de explicar el alma de un bien querer, que querrá la lengua ver, si quiere la vista hablar. Esta noche den lugar a estilos más verdaderos; merezca yo, si no veros, oíros y ahorrar de enojos, porque andar descifrando ojos es hablar entre extranjeros."Dice don Alvaro bien; que por los ojos Amor habla, mas es por mayor. Con gusto los míos le ven, pero nunca se ha atrevido a dar al recato enojos la lengua, que de los ojos el lenguaje es permitido, aunque difícil y oculto, y el alma acostumbra hablar por la lengua a lo vulgar, mas por la vista a lo oculto.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    NINEUCIO: ¿En fin, en mi competencia amáis los dos á Felicia? LIBERIO: No siempre guarda justicia el juez que ciego sentencia; y siendo ciego el Amor, cuando te venga a escoger Felicia, por ser mujer, vendrá a escoger lo peor. NINEUCIO: No imagines que me afrento de tu loca mocedad; que yerra tu voluntad, pero no tu entendimiento; que éste, por torpe que sea, confesará, aunque forzado, que no hay hombre afortunado que el bien que gozo posea. No hay caudal ni posesión que en Palestina pretenda ser réditos de mi hacienda; casi mis vasallos son cuantos en Jerusalén saben mis bienes inmensos, sus casas me pagan censos, sus posesiones también. Desde el Nilo hasta el Jordán Ceres me rinde tributo; cada año a Baco disfruto desde Bersabé hasta Dan. ¿No cubren estas comarcas vellocinos apacibles para el número imposibles respetados por mis marcas? Los vientos me engendran potros que brotan aquesos cerros, en sus crías los becerros se impiden unos a otros. A la aritmética afrenta la suma de mi tesoro, pues entre mi plata y mi oro se halla alcanzada de cuenta. De suerte el planeta real con diamantes me enriquece y esmeraldas, que parece que traigo el sol a jornal.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    LUIS: Por vida vuestra... MARGARITA: Es en vano. LUIS: Sólo un rato. MARGARITA: Ni un instante. LUIS: Trato tengo cortesano. MARGARITA: Sois español y estudiante, iréisos del pie a la mano; idos, o haré que os vais. ¡Hola!Da vocesLa quinta ha quedado sola. LUIS: Noble soy, perded el miedo.MARGARITA: Siendo mujer ¿cómo puedo, si la licencia española conozco y su inclinación? LUIS: Pues ¿qué tiene? MARGARITA: Es tan extraña, que, según nuestra opinión, nunca echó de ver España si era calva la Ocasión. LUIS: Cortedad es el perdella cuando nunca usaron de ella manchando vuestro valor. MARGARITA: Luego echáis la culpa a Amor y decís que os atropella; basta lo que habéis hablado y que con miedo os he oído. LUIS: ¿Palabras miedo os han dado?MARGARITA: Siempre las de España han sido obras, según me han contado, y no son recelos vanos, porque acá los italiános dicen, aunque no de miedo, que tenéis los de Toledo hasta en las palabras manos. LUIS: Allá el decir es hacer; pero aunque este nombre cobran, nunca saben ofender. MARGARITA: Con palabras que tanto obran mal parece una mujer, y por esto no os consiento que me habléis. LUIS: ¿Qué detrimento corréis si palabras son viento vano? MARGARITA: Hay opinión que en España engendra el viento. LUIS: Es verdad. Andalucía, de Marte y Minerva madre, caballos veloces cría que al viento tienen por padre. MARGARITA: Luego la sospecha mía no es mucho llegue a temer que aquí me habléis, pues con ser palabras viento en el mundo, si el de España es tan fecundo riesgo corre una mujer.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    DOROTEA: ¿Tantos me pretenden? PENDÓN: Tantos; que para tantos de juego aun sobran. Mira este pliego lleno de quejas y llantos.Va sacando papeles cerrados del seno y faltriquerasMira luego este papel de un galán almibarado que según viene enmelado debe de ser moscatel. Repara en este billete que un licenciado me dio, tan culto, que me llamó mercurio, por alcahuete. Éste me dio un capitán con más plumas que un virote, que acicalando un bigote hisopo de un sacristán, muerto porque hoy no te ha visto, me dijo, "Dile a mi ingrata que dando vida, me mata con su ausencia, ¡voto á Cristo!" Éste es todo de lisonjas.DOROTEA: ¿Tantos traes?PENDÓN: Te espantarás, ahora empiezo, no trae más una andadera de monjas. Digo que éste es lisonjero porque su dueño poetiza, --por no decir gongoriza--y es de estos que al mes de enero llaman padre del candor; al sol, monarca diurno; cerúleo al cielo, y coturno al alba del esplendor.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    CLEANDRO: No hay mucho desde aquí a Sena. Laurencia tu tía, está a la muerte, el verme allá tiene de aliviar su pena. Mi hermana es y hermana buena. Sola ella pudiera ser ocasión, hija, de hacer, aunque corto, este camino, que no es poco desatino dejar sola una mujer moza y doncella en tu edad, donde el vicio y la insolencia habitan, porque Florencia no tiene otra vecindad. Parentesco y voluntad me obligan; pero el temor de tu edad y de mi honor, viendo el peligro en que estás, vuelven los pasos atrás que da adelante mi amor. Hija, si una despedida licencia de hablar merece, por ver lo que se parece a la muerte una partida, haz cuenta que de la vida en esta ausencia me alejo, y como cansado y viejo, no a Sena, al sepulcro voy; y que en el paso en que estoy te encamino y aconsejo. Sola en mi casa naciste de una madre a quien Florencia aunque muerta, reverencia; pero bien la conociste.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    AURORA: ¡Qué necio y qué porfïado! NARCISA: Por fuerza ha de ser lo uno si es lo otro. AURORA: ¿Hay tal enfado? ¡Hola! No entre aquí ninguno, Esté ese jardín cerrado. Salid vos también afuera; guardad la puerta. BRIANDA: ¡Portera, siendo dueña! ¿Hacerme quiso ángel de este paraíso? En mi mocead sí fuera; pero ¡cuando dan despojos al tiempo, que no resisto, mis años, y mis enojos...! Hasta agora, ¿quién ha visto ángel con tocas y antojos?AURORA: ¿Qué es lo que Carlos pretende con tanta embajada, hermana? NARCISA: Escribiendo se suspende de Amor la llama tirana, que en él tu memoria enciende. Mientras no te ve te escribe, y en respuestas que recibe, apoya ausencias crueles; que la esperanza, en papeles tal vez, como joya vive; y fïado en el concierto y palabra que le dio mi padre, tiene por cierto ser tu esposo.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    MATILDE: ¡Ah, príncipe de Taranto! ¡Próspero, señor, mi bien! Espera, el paso deten. o anegaráte mi llanto PRÓSPERO: Siendo el desengaño tanto, ya mi sufrimiento pasa, por mas que tu amor me abrasa, las leyes de mis desvelos; mas ¿cuándo huyeron los celos que no volviesen a casa? ¡Ingrata! ¿Qué es lo que quieres? ¿Para qué a voces me llamas? Cuando a don Íñigo amas, ¡finges que por mi te mueres! Terribles sois las mujeres, pues a la sombra imitáis, y como ella, cuando amáis, leves, del que os sigue huís. Al que os desprecia seguís, al que os adora engañáis. Si el alma a un español das, ¿por qué en mí tu amor ensayas?MATILDE: Injúriame, y, no te vayas. Poco has dicho, dime más. Mientras que presente estás, tengo vida; y solo el rato que ausente mi amor retrato, no hay para mi mal paciencia. Compre a injurias tu presencia mi amor, que lance es barato. ¿De qué estás, mi bien, quejoso? ¿Quién ha podido ofenderte? Que puesto que vivo en verte amante cuanto celoso, como pende mi reposo del tuyo, aunque así aseguras la fe que en celos apuras, si hace el gasto tu pesar. No pretendo yo comprar a tu costa mis venturas.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    ESCARMIENTO Compré de los desengaños, que son mercaderes viejos, en la feria de los daños, una tienda de consejos, con dinero de mis años; que estas canas que maltrata la vejez, que los pies ata, y el temor temblando empuña, son reales que el tiempo acuña, pagando a la muerte en plata. Vuestro padre, Entendimiento, a quien tengo por señor, haciendo con él asiento en el libro del Temor, por ver que soy Escarmiento, quitando a la Confianza, vuestro regalo y crianza, como en vuestras medras vela, pupilaje os dio en mi escuela donde hay letras y hay labranza. Que aquí por más que presuma de sus libros el letrado, muestra la experiencia, en suma, que entre surcos del arado, caben surcos de la pluma. Encomendóme su hacienda vuestro padre y su encomienda aceté, con fundamento de que siempre el escarmiento pone al desatino rienda.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    PASCUAL: ¡Hao! Que espantáis el cabrío. ¡Verá por dó se metió! ¡Valga el diablo al que os parió! Echá por acá, jodío. Teneos el abigarrado. FERNANDO: Enriscado me perdí; Pastor, acércate aquí. PASCUAL: Sí, acercáosle, que espetado; pues yo os juro a non de san que si avisaros no bonda y escopetina la honda tres libras de mazapán, mijor diré mazapiedra ¡Hao! Que se mos descarría el hato. FERNANDO: Escucha. PASCUAL: Aún sería el diablo; verá la medra con que mos vino; arre allá hombre del diabro, ¿estás loco? Ve bajando poco a poco, no por ahí, ancia acá. ¡Voto a san, si te deslizas... FERNANDO: Acerca, dame la mano. PASCUAL: Que has de llegar a lo llano, bueno para longanizas.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    ATREVIMIENTO: ¡Otra vez me vuelve a dar los brazos, Admiración! ADMIRACIÓN: ¡Bien me la puedes causar, bravo mozo! Con razón te puede el mundo llamar honra suya, que contento vienes; y ¡que, a lo soldado! ¡Bravas plumas das al viento! ATREVIMIENTO: Por mi valor lo he ganado todo. ADMIRACIÓN: Eres Atrevimiento. ¿A qué no te atreverás? ¿De dónde vienes? ATREVIMIENTO: Del cielo; donde no pienso entrar más. ADMIRACIÓN: Pues ¿nacido allá? ATREVIMIENTO: En el suelo desde agora me verás; que aunque del querub nací, que el monte del testamento intentó asaltar por mí, con ser yo el Atrevimiento, como mi padre caí. Echóme de allá la guerra, y así estoy determinado, pues mi patria me destierra, dejarla. ADMIRACIÓN: No es estimado ningún valiente en su tierra. Pero, pues al mundo bajas, ¿qué oficio piensas tener? Porque si en él no trabajas, mal ganarás de comer.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    ANA: ¿Eso viste? ¡Que eso pasa!LEONOR: Ésta es la pura verdad en fe de la voluntad que, después de mi casa eres vecina te debo. Reconocimientos labras ya en obras y ya en palabras, tantos en mí que me atrevo a revelarte secretos que mi señora me fía.ANA: Querrá el Amor algún día que con mayores efetos me desempeñe. Leonor, sé entretanto mi acreedora. En efeto, ¿tu señora tiene a mi don Juan amor? En efeto, ¿sus engaños me pretenden usurpar la acción que puede alegar quien ha que le ama dos años?LEONOR: En esa parte podré disculpar a mi señora justamente. Pues, si ignora tus desvelos y no fue como amiga consultada de tus cuidados por ti, ¿en qué te ofende?ANA: Salí, Leonor, cierta y desdichada en mis sospechas. Mudó don Juan voluntad y afetos y, mudándolos, sujetos de su esperanza dejó quejas que buscan venganza

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    BRITO: ¡Hao, que espantáis el cabrío! ¡Verá por dó se metió! ¡Valga el diabro al que os parió! ¡Echad por acá, jodío! ¡Teneos el embigotado! ALFONSO: Enriscado me perdí, pastor, acércate aquí. BRITO: ¿Acercáosle? ¡Qué espetado! Pues yo os juro a non de San que si avisaros no bonda y escopitina la honda seis libras de mazapán (mejor diré mazapiedra) ¡Hao, que se mos descarría ell hato! ALFONSO: Escucha. BRITO: ¡Aún sería el diablo! ¡Verá la medra con que mos vino! ¡Arre allá, hombre del diabro! ¿Estás loco? Ve abajando poco a poco, no por ahí, hancia acá, ¡Voto a San, si te deslizas!BRITO:Que has de llegar a lo llano bueno para longanizas.Dale el cabo del bastón y tiénenle am- bosAgarraos a ese garrote. ¿Quién diabros por aquí os trujo?BajandoTeneos bien, que si os rempujo no doy por vueso cogote un pito. ALFONSO: ¿Qué sierra es ésta? Bajando BRITO hacia ALFONSO, asidos los dos al paloBRITO: La de Braga, hacia Galicia. ALFONSO: ¡Notables riscos! BRITO: Se envicia hasta el cielo. ALFONSO: ¡Extraña cuesta! BRITO: Llámase Espantaruínes. ALFONSO: No sé yo que haya en España más escabrosa montaña. BRITO: Mala es para con chapines. Dad acá la mano. ALFONSO: Toma.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    AMÓN: Quitadme aquestas espuelas y descalzadme estas botas. ELIAZER: Ya de ver murallas rotas, por cuyas escalas vuelas, debes de venir cansado. AMÓN: Es mí padre pertinaz; ni viejo admite la paz, ni mozo quita del lado el acero que desciño. JONADAB: De eso, señor, no te espantes quien descabezó gigantes y comenzó a vencer niño, si es otra naturaleza la poderosa costumbre, viejo, tendrá pesadumbre con la paz. ELIAZER: A la grandeza del reino que le corona por sus hazañas subió. AMÓN: No soy tan soldado yo cual de él la fama pregona. De los amonitas cerque David su idólatra corte; máquinas la industria corte con que a sus muros se acerque; que si en eso se halla bien porque sus reinos mejora, más quiero, Eliazer, una hora de nuestra Jerusalén, que cuantas victorias dan a su nombre eterna fama.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    JOSEFO: Después de besar tus pies, que en el humano teatro siempre, invencible Antipatro, pisando coronas ves; porque a la Fortuna des las gracias de tu grandeza y porque estimes la alteza de tus inmortales glorias, en premio de tus vitorias te da el Amor su belleza. Contra su rueda voltaria has triunfado de Idumea, conquistado a Galilea y sujetado a Samaria; y porque con dicha varia la vejez que se te atreve al templo tus triunfos lleve del tiempo inmortal tesoro, hijos te dio en siglos de oro restauración de tu nieve. Dióte al príncipe Faselo, fénix nuevo en quien se ve tu imagen, y a Salomé, bella exhalación del cielo; dióte a Herodes, que en el suelo, mientras a Alejandro imita, para que con él compita, y el mundo admire su fama, en vez de Alejandro llama a Herodes Ascalonita. Filipo al nacerle un hijo asombro de Babilonia y blasón de Macedonia, que era venturoso dijo, no tanto porque predijo en él su gloria real, cuanto porque en tiempo tal Aristóteles vivía, porque a su filosofía su valor hiciese igual. Pero tú con más certeza decirlo puedes mejor, pues cría a un tiempo el Amor, si hijos tú, Judá belleza; que si la naturaleza hace con ellos seguras de Dios en vivas figuras imágines naturales, suerte es que para hijos tales te dé tales hermosuras.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    VICENTE: Llama, Luzón, a mi hermana. LUZÓN: Según venimos de tarde, pues ya asoma la mañana, cansada de que te aguarde la doncella a la ventana, o el esclavo a la escalera, se habrán echado a dormir. VICENTE: Jugué y perdí. Esta primera nos tiene de consumir bolsa y vida. Sales fuera de casa al anochecer, mudándote hasta las cintas, y, como estás sin mujer, ya a la polla, ya a las pintas, damos los dos en perder, yo, paciencia, y tú, dinero. Volvémonos a cenar cuando sale el jornalero, segunda vez, a almorzar. Llamando al alba el lucero, aguárdate mi señora, que, en fe de lo que te ama, sin ti lo que es sueño ignora, dando treguas a la cama y nieve a la cantimplora. Entras con llave maestra, cenas a las dos o tres, duermes hasta que el sol muestra el cahiz al reloj que es tasa de la vida nuestra. Si la campana te avisa de nuestra iglesia mayor, cuando es fiesta, oyes de prisa a un clérigo cazador, que dice en guarismo misa. Hincas encima del guante una rodilla, y sobre él más que rezador, mirante, volatines de un coredel pasan cuentas cada instante; que, de oraciones vacías como cuentas las llamaron la dan, por no estar baldías más de las damas que entraron, que de las Ave-Marías. Oyes a don Juan mentiras; mientras alza el sacerdote, a doña Brígida miras; si te dio cara, picóte; si no te la dio, suspiras; y apenas la bendición con el Ite, missa est da fin a la devoción, cuando salís dos o tres, y, en buena conversación el portazgo o alcabala cobrando de cada una, la murmuración señala si es doña Inés importuna, si doña Clara regala, si se afeita doña Elena, si ésta sale bien vestida, si estotra es blanca o morena. ¡Mira tú si es esta vida para un Flos Sanctorum buena!

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    ORDOÑO: ¿Conde? LISUARDO: ¡Señor! ORDOÑO: Escuchad. La memoria de los reyes hace asegurar las leyes del temor y la lealtad, con el premio y el castigo que son los polos por donde suelen navegarse, conde, estos dos mares que digo. Porque la difinición de la justicia es igual medida que cada cual con la pena o galardón da lo que le toca. Yo estoy de vos obligado, y vos no tan bien pagado como el valor mereció de vuestra heroica persona, puesto que para pagallo es poco con tal vasallo partir, conde, la corona, y por ver si corresponde la paga al valor igual, quiero hacer un memorial de vuestros servicios, conde. Cuando el moro de Navarra, en ofensa de León quiso hacer ostentación de su persona bizarra, saliendo yo con la mía del marte alarbe navarro, al paso, vos tan bizarro anduvistes aquel día que nos dimos la batalla, que cuerpo a cuerpe le distes muerte y en fuga pusistes toda la alarbe canalla; y tanta africana luna metistes de esta ocasión arrastrando por León, que envidié vuestra fortuna más que la de haber nacido rey, en fin, porque es mayor imperio el que da el valor que el que en la tierra han tenido los príncipes que nacieron con la dicha de heredallo; que a tan valiente vasallo reyes llegar no pudieron. Cuando sobre el feudo entró Garci Fernández, el conde de Castilla, hasta adonde el Esla los pies bañó a sus soberbios caballos, sobre la puente del río no mostró el romano brío de Horacio para estorballos el paso más valentía que vos, pues a voces dijo que erais rayo, que erais hijo del sol, Castilla, aquel día. Cuando el moro cordobés las cien doncellas pidió que Mauregato le dio, rey infame, vil leonés, y le obligó mi respuesta a que pusiese en campaña de la morisma de España cuanta gente al arco apresta, adarga embraza y empuña, lanza jineta aprestando otro berberisco bando por la gallega Coruña haciendo empeñar el suelo y que el África se asombre, ¿no levantastes el nombre de Ordoño segundo al cielo? Si estos los servicios son del conde don Lisuardo, y hacerle merced aguardo, una Infanta de León, legítima hermana mía, sola los basta a pagar, y hoy la mano os he de dar; de más de que merecía vuestra sangre este favor, que no será la primera que honrar vuestra casa espera.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    IRENE: Cesen, griegos, las trompetas; cesen las cajas también; haced los pífanos rajes y los clarines romped; abatid los estandartes y no los enarboléis, que el placer de mis victorias ya es pesar y no placer. ¡Ay, Constantinopla ingrata, patria a tus hijos crüel! ¿Éste es mi recibimiento? ¿Éste el triunfo imperial es? ¿Así mis hazañas pagas, cuando entrar en ti pensé sobre el victorioso carro entre el bélico tropel? ¿Cuando entendí que el senado, debajo el palio y dosel me llevara a Santa Sofia yo a caballo y él a pie, y adornando tus paredes de damasco y brocatel, tus calles, de flores llenas, fueran calles de un vergel? ¿Agora, cuando aguardaba recibir el parabién de tantos reinos ganados, tantos cetros a mis pies; ahora, senado ingrato; ahora, griego sin ley, el imperio me quitáis porque mi hijo goce de él? Yo le quiero coronar, pues vosotros lo queréis, descubra su excelso trono el imperial sumiller, y ruego al cielo que os rija, vasallos griegos, tan bien, que defienda vuestro imperio sin que me hayáis menester.

  • von Tirso de Molina
    9,99 - 15,90 €

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    Será la viuda Reina esposa mía, y dárame Castilla su corona o España volverá a llorar el día que al conde Don Julián traidor pregona. ¿Con quién puede casar Doña María, si de valor y hazañas se aficiona, como conmigo, sin hacerme agravio? Enrique soy, mi hermano Alfonso el Sabio. La Reina y la corona pertenece a Don Juan, de Don Sancho el Bravo hermano. Mientras el niño rey Fernando crece, yo he de regir el cetro castellano. Pruebe, si algún traidor se desvanece, a quitarme la espada de la mano; que mientras gobernare su cuchilla sólo Don Juan gobernará a Castilla. Está vivo Don Diego López de Haro, que vuestras pretensiones tendrá a raya, y dando al tierno Rey seguro amparo, casará con su madre, y cuando vaya algún traidor contra el derecho claro que defiendo, señor soy de Vizcaya. Minas son las entrañas de sus cerros, que hierro dan con que castigue yerros. ¿Qué es esto, Infante? ¿Vos osáis conmigo oponeros al reino? ¿Y vos, Don Diego, conmigo competís, y sois mi amigo? Yo de mi parte la justicia alego. De mi lealtad a España haré testigo.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    ROBERTO: Dirás que no es necedad la caza, en que el tiempo pierdes y lo mejor de tu edad, pues pasas los años verdes, Carlos, en la soledad. Un filósofo decía que sólo un bruto podía vivir en ella contento; que al humano entendimiento agrada la compañía. Tú, entre robles y entre tejos, gustas de andar todo el año, siempre de la corte lejos, sin que te escarmiente en daño ni te enfrenen los consejos. Donde vas tras un halcón que, remontado y perdido, imita tu inclinación. CARLOS: Los criados siempre han sido, Roberto, de una opinión. ¿Cuándo el gusto en el servicio pareció del dueño bien? Porque es murmurar su oficio, y estar quejosos también de poca lealtad indicio. Nuestros altos pensamientos desdicen de los intentos que tenéis siempre vosotros, y nunca estáis de nosotros satisfechos ni contentos. Somos, cuando no gastamos, miserables; cuando hacemos grandezas, locos estamos, si callamos, no sabemos; si somos graves, cansamos; la llaneza nos estraga, nada intentamos sin paga; no hay cuando más les obliga hombre que verdad nos diga ni bien de balde nos haga; nunca tenemos amigos, porque son nuestros criados necesarios enemigos.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    ACAB Por más que inmortalice, eterna en sus murallas Babilonia, a Semíramis su Reina y su fama felice, diosa de las batallas; lauros la ciña cuando Ofires peina, pues sin cuidar prendellos, causando al Asia espantos y ocasionando simulacros tantos, opuesta al sol, enarboló cabellos; su fama en vos admiro, luz de Sidón, Semíramis de Tiro. Guerra es también la caza, estratagemas tiene, inventa ardides y emboscadas pone; vos de la misma traza (cuando en triunfo solene mis sienes manda Marte que corone del árbol fugitivo, al dios planeta esquivo) porque Moab postrado, sujeto a vuestro Acab, parias le ha dado, divino cazadora, triunfos de fieras blasonéis, Aurora. Envidia tengo al ave que ejecutando vuela (rayo veloz de pluma) altanerías; si lo que goza sabe no ha menester pigüelas que en las alas repriman osadías; en cárcel generosa alcándara es hermosa de cristal transparente vuestra mano: si en ella favor siente que mi fortuna pueda hacer dichosa, la garza que hay más bella renunciará por no apartarse della. Provincia es tributaria Moab (por mí abatida) de Israel, porque en dichas trueque quejas; su rey pecha a Samaria, en cambio de su vida, cada año para vos cien mil ovejas: vellocinos de plata daros en ellas trata, que se blasonen dignos como el de Colcos, ser del cielo signos y el múrice convierta en escarlata, porque Jezabel pueda anteponer la púrpura a la seda. Cargados mil camellos de marfil y oro puro, espolios son que os sirvan de tesoro, con que alcázares bellos os labre (que procuro palacios de marfil a deidad de oro). Hónrenlos vuestros ojos y mezclando despojos de la caza y la guerra, yo valles conquistando, vos la sierra, vencedores los dos: lloren enojos enemigos agravios, mientras este cristal sellan mis labios.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

    ASER: ¿Hasta cuándo ha de durar el hambre de Palestina? HERBEL: Mientras no cesa el pecar no cesa la ira divina que nos quiere castigar. Tres años ha que olvidada la tierra que esteriliza nuestra suerte desdichada, la maldición profetiza de nuestro padre heredada. Mete el hambre el mundo a saco; ni a Ceres paga el agosto, ni el fértil otoño a Baco. ASER: Herbel, sin pan y sin mosto, todo estómago anda flaco. Comíme el año primero el ganado que tenía, sin dejar macho o carnero; los bueyes maté otro día, comiéndome carne y cuero. Mis tierras después vendí y comímelas también. Por pan mis alhajas di, y la casa que en Belén tuve, también me comí. Ni ya tengo qué vender, ni el hambre su rigor doma, pues de suerte viene a ser, que si no que a mí me coma, no tengo ya que comer.

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

    DIONISIO: Éste es el sitio y la casa do asiste el cándido cuello que el cuerpo y alma se abrasa. Hizo Dios un ángel bello debajo de humana masa. Formó una excelsa escultura de tan divina hermosura, mostrando su gran poder, que se viene a conocer el Criador por la criatura. Hele dicho mi recuesta publicando mi tormento y lo que su amor me cuesta, mas es dar quejas al viento, que es recogida y honesta. Con rostro apacible y grave me dijo, "De eso se deje. No entregue al vicio la llave, porque tiene obras de hereje, aunque se muestra süave; apártese de este trato, que si le viene a entender, conocerá que es ingrato y suele caro vender, aunque le ofrece barato; y pierda la confianza, que en mí no ha de haber mudanza que en Dios he puesto la fe, y con esto alcanzaré el premio de mi esperanza." Y lo que más me atormenta, es que espero sin remedio, según he echado la cuenta, que no se podrá hallar medio que a mi voluntad consienta.

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

  • von Tirso de Molina
    9,99 €

  • von Tirso de Molina
    15,90 €

Willkommen bei den Tales Buchfreunden und -freundinnen

Jetzt zum Newsletter anmelden und tolle Angebote und Anregungen für Ihre nächste Lektüre erhalten.