Canto de la Vida

Cada vivencia mueve más o menos nuestros sentidos, sentimientos, pensamientos, convicciones, actitudes, ideales, sueños..., aunque hayamos experimentado algo similar en nuestro pasado reciente o ancestral.

En esta espiral de eventos repetitivos cada vez más arriba y delante, vivimos y apreciamos aspectos similares y aspectos diferentes debido a las condiciones propias del momento y del desarrollo de nuestra conciencia. Ante las infinitas facetas de la vida, lo cotidiano puede convertirse en extraordinario y lo extraordinario en cotidiano según el punto de vista que adoptemos.

Así es el canto de la vida: tan típico como nuevo, tan personal como universal, tan incitante como curativo, tan sólido como intangible, tan ilusorio como real, al mismo tiempo es todo y nada.

Después del canto solo queda la experiencia en forma de conciencia. Esa compañera inseparable que señala nuestro camino y pone orden en nuestras confusiones, es nuestro único equipaje seguro en el viaje definitivo de cada día, de cada noche, de cada vida...