Über OBLIGADOS Y OFENDIDOS Y GORRÓN DE SALAMANCA
FÉNIX.Cierra esa puerta, Beatriz; no has de salir, vive el cielo.
BEATRIZ.Ciérrola y quito la llave.
CONDE.No con fingidos extremos me detengas.
FÉNIX. ¡Vive amor, que es dios que manda en mi pecho, que no has de salir!
CONDE. ¿Qué importa? Romperé por tus preceptos: (Va a abrir y halla cerrado.) ¿cerraste? Dame la llave. Acaba, Beatriz.
BEATRIZ. Ni puedo, ni quiero.
CONDE. Dime por qué.
BEATRIZ.No preguntes a un no quiero.
CONDE.Saldré por esas ventanas.
BEATRIZ.Tienen rejas, habla quedo.
CONDE.Pues déjame ir, que ya es hora.
BEATRIZ.Mirad que no duerme el viejo; que ha más de una hora que escupe y dos que tose.
CONDE. En efecto, ¿qué es lo que intentas de mí?
FÉNIX.Si tú escucharas mi intento... CONDE.Dile, Fénix.
FÉNIX. Ya te digo, más quisiera...
CONDE. Dilo presto.
FÉNIX.Que me oigas.
CONDE. Agradecido te escucharé.
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